Antes que nada sería muy oportuno entender el concepto del que significan este tipo de empresas, puesto que acontecen otro estilo diferente al que estamos acostumbrados a ver en el tejido empresarial.
Una empresa social la podemos definir como una entidad que combina dos objetivos. Por un lado, como se primordial, busca una rentabilidad financiera pero con la particularidad de que todos los proyectos que se realizan buscan generar un impacto positivo en la sociedad, con iniciativas de cariz social o ambiental.
Al 2022, el 78% de las organizaciones de impacto en España, que generan valor social y ambiental, necesitaron financiación, según un informe de SpainNAB. Esta cifra supera el 56% de las pymes. Sin embargo, el 62% de las organizaciones de impacto enfrentaron dificultades para obtener financiación, en comparación con el 49% de las pymes. Estas dificultades se deben a su mayor perfil de riesgo, modelos de negocio complejos y la carencia de garantías. Además, muchas de estas organizaciones pertenecen a sectores con bajos activos fijos y rentabilidad.
El 47,8% de las organizaciones de impacto buscaron financiación bancaria, un porcentaje más grande que el de las pymes (37,2%), especialmente en el sector ambiental (77,1%). Las organizaciones medias y las que tienen entre 5 y 10 años de antigüedad fueron las que más hicieron investigación de financiación. A pesar de las dificultades, el 80,2% de estas organizaciones consiguió la financiación necesaria, a pesar de que el 24% tuvo que aportar garantías.
Las principales necesidades de financiación fueron para el circulante (70,1%), inversión en equipo productivo (34,1%), innovación (16,6%) y expansión (12,4%). Un 3,5% buscó crear nuevas organizaciones, una necesidad que no se presentó en las pymes.
Para abordar estas necesidades, las organizaciones de impacto utilizan principalmente fundes propios (67%), ayudas no reembolsables (47%) y deuda a corto plazo (29%). El uso de instrumentos específicos como crowdfunding o venture capital es todavía limitado. En la esfera social predominan los fondos propios y subvenciones, mientras que en el ambiental se utiliza más la deuda a corto y largo plazo y aplazamientos de pago a proveedores.
Las perspectivas económicas y de ocupación para estas organizaciones son más favorables que las de las pymes. Un 56,4% espera aumentar su facturación en los próximos 12 meses, frente al 39,2% de las pymes. Las organizaciones ambientales son más optimistas, con un 60,9% esperando incrementos en ingresos.
A pesar de que la mayoría son micro-organizaciones, tienen una medida media superior a la de las pymes. El 63% factura menos de 300.000 euros y el 90% tiene menos de diez empleados. Sus ingresos provienen principalmente de actividades comerciales (58,7%), con apoyo del sector público (24,3%) y donaciones privadas (8,4%). En términos financieros, están en mejor posición que las pymes, con mejores perspectivas de crecimiento e ingresos.
DATOS EXTRAÍDOS DE LA NOTICIA: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/12829970/05/24/el-62-de-las-empresas-con-inversiones-sociales-y-sostenibles-tiene-dificultad-para-encontrar-financiacion.html
